martes, 3 de diciembre de 2013

Cuando todo se va de madre... ¡prohibido visitas!

Todos quieren ver al bebé, pero ¿tú quieres visitas?

Una vez que he contado cómo había sido el parto, debo  decir que hubo  ciertas cosas que no me gustaron nada y menos el primer mes de vida de Coquito. Me refiero sin duda a las visitas. 
Un mes antes de nacer fui diciendo a la gente que no quería visitas en el hospital. Yo sólo deseaba ver a mis padres, los padres de mi pareja y si pudiera a mis hermanas. Y todo eso ¡¡sólo un ratito!! El caso es que todo eso se fue de madre y acabó siendo agotador a la par de molesto. Además debo sumarle el hecho de que se fue prolongando durante el primer mes de vida del bebé si no más.
Puedo entender a las personas que les gusta hacer de todo una fiesta multitudinaria pero, sinceramente, ese no es mi caso. Quería un momento íntimo, un primer momento de familia los 3 juntitos (el Papá, Coquito y yo). 
Nunca he sido muy de hacer caso "del qué dirán", pues creo que de eso no vivimos la mayoría (a no ser que seas famoso). No me gusta el hacer cosas porque "hay que hacerlas" o porque  "es lo que haría todo el mundo". Y si no he sido muy tajante hasta ahora, creo que ya he aprendido de esta vez.
Sé que los familiares y amigos sólo quieren compartir ese momento tan especial con nosotros e incluso llevarte un detalle, pero ¿qué prisa hay?
Rompí aguas de madrugada a las 2 (del domingo 5 de mayo) y ya me quedé en el hospital toda la noche. Decidimos no avisar a los abuelos hasta las 8 de la mañana porque no es que fuéramos al hospital a nada malo (un accidente por ejemplo) y no me parece cuestión tener a la gente paseando por los pasillos media noche. 
A la mañana llamamos para que supieran que ya llegaba Coquito y al poco rato se personaron TODOS en el centro. Era el día de la madre y mi señora madre había planeado una comida en su casa. Como no quiso irse del Hospital ni un segundo.  decidió hacer comida familiar  allí mismo. Así que os podéis imaginar qué pedazo de reunión se montó ahí. Mis hermanas, muy respetuosas, decidieron irse porque no querían agobiarme. ¡¡mil gracias desde aquí!! 
Creo que se podría entender que en plena dilatación no se está de humor para ver a gente ¿verdad? o que justo después del parto tampoco estás para ver a más. Sólo quería que el papá estuviera conmigo diciéndome cosas bonitas y de ánimo y por poco se pierde el parto con tanto jaleo.  El caso es que yo no pude descansar y recuperarme tranquilita en mi habitación. Creo que estuvimos los tres solos las pocas horas que durara la noche y ya os podéis imaginar que se duerme poco con un recién nacido. 
Esas horas tras el parto sólo se puede estar pendiente del bebé, darle de mamar, intentar orinar (ya que te presionan las enfermeras para asegurarse de que está todo bien), darte un baño... Pues cada vez que intentaba ir al baño o iba a dar de mamar al bebe alguien más aparecía de visita. 
Eso se prolongó tras salir del hospital. Cada abuela y familiar quiere mostar al nuevo miembro y acaba siendo una pelea por cumplir horarios y tener que sacar la teta en público constantemente. Creo que es una tortura para el bebé y para los padres agotados.
Además se debe señalar que para establecer una buena lactancia es importante el espacio y la tranquilidad, y yo, sumando el problema del frenillo, no tuve nada de eso.  
Sí quiero señalar que hay gente cercana que puede ayudar y mucho. En mi caso me traían comida para que no tuviera que molestarme o me echaban una mano con las tareas de casa.
  Creo que no hay peor sensación que, tras pasar un largo y doloroso parto y cuando consigues tener a tu bebé en brazos, empiezen a circular por la habitación sin dejar aire para respirar un sin fin de personas a las que no se invitó. 
Y quizás aún peor que eso es que venga a darte "consejos" de lo que debes hacer. Recuerdo el mes siguiente como una batalla entre cada mujer que me veía y no paraba de soltar frases como "no puede pasarse el día en la teta" "se te ha quedado dormida en la teta" "va a coger frío" "no lo cojas tanto que se acostumbra". Todo eso para mi gusto sobra, y sobra porque cada uno tiene su oportunidad de criar a sus hijos como le interese sin que nos impongan reglas externas los demás. 

En fin, sin irme del tema creo que hay que dosificar y atender a unas ciertas pautas que deberían seguirse.
Aquí os dejo un decálogo para orientar a los futuros visitantes de papás recientes.





2 comentarios:

  1. Yo también acabe harta de las visitas!!! y eso que sólo fue mi familia... bueno, y algún amigo y eso que dije que NO QUERIA.
    No sé como haré para este segundo, pero no quiero tanto agobio, quiero disfrutar de esos momentos.
    Eso sí, respetaron que la visita que mas estaba esperando, la de mi sobri, fuese intima, entro ella sola y sin agobios, aunque me imagino a todos detrás de la puerta intentando escuchar...jaja

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  2. Así es. en fin, suerte para este segundo. ¡¡no avises a nadie!! jejeje

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