martes, 9 de junio de 2015

Tecnológicamente hablando

Creo que a todos los padres nos asaltan los miedos y las dudas cuando vemos que nuestros hijos, que muchas veces no llegan al año, empiezan a quedarse embobados con las pantallas de móviles, televisión, ordenadores....
Todavía recuerdo cómo mi hija de 9 meses era capaz de desbloquear mi teléfono. Yo sentía una mezcla de orgullo por el "logro" de esa criatura y un estupor por no saber qué depararía aquella aventura. También se lo pasaba pipa "escondiendo" el telefono fijo inalámbrico detrás del mueble del salón. Hazaña que volvió locos a sus padres para sacarlo de ahí en más de una ocasión (de hecho estoy segura que el día que se quite ese mueble aparecerá un gran tesoro). Pero la verdad es que no ha sido hasta sus dos años cuando realmente le ha empezado a interesar lo que sale de aquellas pantallas y la relación causa-efecto que existe entre el mando a distancia y la tele (smart tv, que somos muy modernos) o el teclado y el ordenador. Es algo que supera el simple afán percusionista.

Y llegó el día en que esta niña nos dejó pasmados.
De regreso en nuestro viaje a Córdoba, venía Coquito tan traquila durmiendo hasta que , como suele suele pasar en nuestro día a día, se despertó (ese lujo de dormir que tan poco valora... se lo recordaré cuando salga de noche a las 18, antes ni hablar eh!). Parecía estar un poco inquieta y al no tener la tablet cargada y ya sabiendo que pasaría de ella, decidí dejarle mi móvil para que escuchara unas canciones del cantajuegos o algo similar. Pues ella parecía entretenida. Sin embargo, en seguida se aburrió y pasó a otra cosa. Pero ella estaba tranquila....y eso sabe a gloria cuando tienes que mirar indicaciones o comunicarte con tu pareja, el conductor.
Así que yo me serví del móvil de mi novio y me puse a mirar allí una conversación con los abuelos para comunicarles que estábamos de camino y que llegaríamos en breve, cuando veo que hay una llamada entrante y el teléfono empieza  sonar. En ese momento mi novio me pregunta quién es y yo......."yooo". Alguien llamaba desde mi teléfono. ¿Adivináis quién era? Sí, sí, Coquito al habla!!!!
La verdad es que fue tronchante.
Este protátil infantil no sacia su ansia de descubir mundo y ser como los adultos
Además, más de una vez ya le ha mandado algun whatsapp incomprensible  a algún alumno... Y pienso yo que ¡¡menos mal que no era comprensible!!

Nuestros peques crean estas situaciones graciosas, sí. Pero a la vez se abre el debate sobre el uso, abuso y control de las tecnologías de los más pequeños.
Yo tengo la suerte de tener un padre (un yayo para Coquito) que sabe mucho de estas cosas e instaló un sistema operativo con juegos simples para bebés  y niños. Sin embargo, aún no lo hemos usado. A Coquito le llaman más lo puzzles jejej

De todas formas, en mi afán de mamá prudente me decidí a indagar un poco en el tema. La niña iba a seguir creciendo o las visitas de niños más mayorcitos hacían que tuviese interés en dar seguridad a la hora de usar el portátil, la tablet o la smart tv , sobre todo,  el acceso a internet.

Quizá unas cuantas directrices no sobrarían en este tema ¿no?
- Debemos limitar el tiempo de uso de estos dispositivos adecuándonos a su edad y necesidad.
- Podemos vigilar el contenido al que tienen  acceso por medio del control parental. Esto permite bloquear, restringir y registrar el uso que se hace de ellos además de filtrar el contenido de la web.
- Hacernos con un antivirus no está de más. De hecho  encontraremos maneras de descargar un antivirus gratis o conjugarlo con la aplicación del control parental. 


Y vosotros, ya le estáis dando vueltas a la cabeza a este tema?