Después de poner fechas, límites y dejar de escuchar "consejos" comencé a disfrutar mi lactancia.
Por cómo comienzo esta entrada del blog podéis deducir que la historia de mi lactancia ha sido un poco complicada. Quiero contarla, sobre todo, por si sirve de ayuda a alguien y , si alguna se siente identificada, que no se sienta sola.
Aunque la lactancia propiamente dicha comienza con el nacimiento del bebé y su amamantamiento, debo señalar que la preparación mental previa y las ganas tienen mucho que ver para que se establezca. En mi caso particular, antes de dar a luz ya no paraba de oir frases del tipo "darás el pecho sólo si tienes leche" "puedes darle el pecho para complementar" .... y cosas de ese estilo que ya dan por hecho que será un fracaso.
Antes de ir a las clases de educación maternal me preocupaba mucho eso. Me preguntaba: ¿me saldrá leche? ¿cómo será?. Mi idea era darle al menos 3 meses el pecho a mi bebé (algo que ahora me parece totalmente insuficiente, aunque todo depende de la situación de cada uno) y luego ya vería cómo hacía. Tras las clases y más información que iba recogiendo me di cuenta de que la gran mayoria de mujeres tenemos leche y que se adapta a las demandas del bebé. Además lo ideal son 6 meses de manera exclusiva y alargar durante un año esa lactancia es muy beneficioso para el bebé.
Mi madre no me dio el pecho y mi abuela tampoco se lo dió a sus hijas así que de poca ayuda en este ámbito me podían servir. Quizá su frustración la volcaron en mí y casi intentan boicotearla a base de biberones y comentarios que sobraban totalmente.
Al nacer Coquito, la matrona y enfermeras me instaron a que la pusiera al pecho para ver si se agarraba y así lo hizo. Me pareció un momento muy especial porque había oído de gente que le costaba mucho. Parecía que Coquito estaba muy agustito ahí agarrada y no me importaba tenerla el tiempo que quisiera aunque yo sintiera molestias.
El problema vino porque al segundo día seguía perdiendo bastante peso y el pediatra apareció ya con unos biberones de fórmula para que le diera 3 al día. ah-pero-es-que-los-pediatras-no-son-asesores-de-lactancia. Ese panoraba era desolador, y yo lo seguía intentando pero me dolían mucho los pezones. Cuando vino una matrona para ver qué tal estaba tras el parto le comenté mis molestias y me dijo que la niña tenía un frenillo prolongado en la lengua y que por eso le costaría mamar. ¡¡Bendita aparición!! y ¿Por qué mi pediatra no lo vió? (si lo vio pero le daba igual porque a la niña para otras cosas podría no afectarle hasta que no creciera un poco) Así la matrona me recomendó que visitara al cirujano infantil para que lo viera y nos aconsejara.
En efecto, Coquito tenía un frenillo "de libro", como nos diría el especialista. Tuvimos que esperar 15 días a que la interviniera. Durante ese tiempo, el primer mes de vida perdimos mucho avance en la lactancia porque tenía heridas y el dolor era insoportable. Una vez arreglado el problema intenté, más mentalizada, luchar por establecer la lactancia materna exclusiva reduciendo los 3 biberones a 2, de 2 a uno y de ahí a nunguno. Ese fue mi logro y lucha personal que sólo pudo apreciar mi pareja y mi hija. El resto casi pensaba que estaba loca, que la niña iba a pasar hambre y que era mejor que engordara a base de biberón.
Fue un perido muy duro porque me exigía mucho tiempo (cada dos horas o menos darle el pecho durante casi 1 hora) y había vuelto a trabajar unas horas a la semana de nacer la bebé. Además de el tiempo me robaba mucha energía y anímicamente, al no recibir mucho apoyo, estaba destrozada. Sólo compensaba la felicidad de Coquito y el pensar que estaba haciendo lo mejor para ella. 10-Beneficios-De-La-Lactancia-Materna-Para-El-Bebe
leche-materna-la-mas-ecologica
Así llegamos a sus 6 meses y sigue con su teta. Es su lugar preferido y, aunque ya andamos con purés, ella toma teta antes de las comidas y para relajarse junto a mami cuando quiere. Creo que antes de decir "Ma-má" dirá "te-ta". Los bebés son muy listos y Coquito sabe de sobra dónde está su teta y la busca cuando quiere, Es mejor dejarse de complejos y transtornos y hacer caso a nuestro instinto.
Creo que es de suma importancia y utilidad consultar con los grupos de apoyo a la lactancia y con las matronas que son los que realmente nos pueden asesorar y ayudar.
Al nacer Coquito, la matrona y enfermeras me instaron a que la pusiera al pecho para ver si se agarraba y así lo hizo. Me pareció un momento muy especial porque había oído de gente que le costaba mucho. Parecía que Coquito estaba muy agustito ahí agarrada y no me importaba tenerla el tiempo que quisiera aunque yo sintiera molestias.
El problema vino porque al segundo día seguía perdiendo bastante peso y el pediatra apareció ya con unos biberones de fórmula para que le diera 3 al día. ah-pero-es-que-los-pediatras-no-son-asesores-de-lactancia. Ese panoraba era desolador, y yo lo seguía intentando pero me dolían mucho los pezones. Cuando vino una matrona para ver qué tal estaba tras el parto le comenté mis molestias y me dijo que la niña tenía un frenillo prolongado en la lengua y que por eso le costaría mamar. ¡¡Bendita aparición!! y ¿Por qué mi pediatra no lo vió? (si lo vio pero le daba igual porque a la niña para otras cosas podría no afectarle hasta que no creciera un poco) Así la matrona me recomendó que visitara al cirujano infantil para que lo viera y nos aconsejara.
En efecto, Coquito tenía un frenillo "de libro", como nos diría el especialista. Tuvimos que esperar 15 días a que la interviniera. Durante ese tiempo, el primer mes de vida perdimos mucho avance en la lactancia porque tenía heridas y el dolor era insoportable. Una vez arreglado el problema intenté, más mentalizada, luchar por establecer la lactancia materna exclusiva reduciendo los 3 biberones a 2, de 2 a uno y de ahí a nunguno. Ese fue mi logro y lucha personal que sólo pudo apreciar mi pareja y mi hija. El resto casi pensaba que estaba loca, que la niña iba a pasar hambre y que era mejor que engordara a base de biberón.
Fue un perido muy duro porque me exigía mucho tiempo (cada dos horas o menos darle el pecho durante casi 1 hora) y había vuelto a trabajar unas horas a la semana de nacer la bebé. Además de el tiempo me robaba mucha energía y anímicamente, al no recibir mucho apoyo, estaba destrozada. Sólo compensaba la felicidad de Coquito y el pensar que estaba haciendo lo mejor para ella. 10-Beneficios-De-La-Lactancia-Materna-Para-El-Bebe
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Así llegamos a sus 6 meses y sigue con su teta. Es su lugar preferido y, aunque ya andamos con purés, ella toma teta antes de las comidas y para relajarse junto a mami cuando quiere. Creo que antes de decir "Ma-má" dirá "te-ta". Los bebés son muy listos y Coquito sabe de sobra dónde está su teta y la busca cuando quiere, Es mejor dejarse de complejos y transtornos y hacer caso a nuestro instinto.
Creo que es de suma importancia y utilidad consultar con los grupos de apoyo a la lactancia y con las matronas que son los que realmente nos pueden asesorar y ayudar.
La lactancia no siempre es fácil, y menos si no cuentas con el apoyo de gente tan cercana como tu madre, pero mira... al final lo has conseguido asique genial
ResponderEliminarSigue luchando por hacer lo mejor para ti y tu bebe. Tu intuición y experiencia te llevarán lejos.
ResponderEliminarFelucidades por vuestra lactancia!
ResponderEliminarEs lo mejor para tu bebe y para ti!
Gracias por los ánimos a todas! ahí seguimos y espero que por mucho tiempo!
ResponderEliminarUnos inicios difíciles y un resultado de campeona!
ResponderEliminarEnhorabuena por no rendirte, y un abrazo!
Yo antes de que naciera mi hija no había pensado hasta cuando darle el pecho aunque claro, antes de empezar a trabajar quería ya meterle biberón. Algo que ha día de hoy me es muy difícil porque no quiere para nada los biberones,asique he empezado a darle los cereales con cuchara para que alguien le dé esa toma así cuando yo no esté. Besos
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