"Coquito is coming".... Eso pensé yo a las 2:00 AM de la noche del Sábado-Domingo 5 de Mayo. Ya en la semana 39 de embarazo y habiendo expulsado el tapón mucoso , decidí salir un rato el sábado por la noche a tomar unos pinchos y cañas 0,0. Yo me encontraba genial y estaba totalmente despreocupada (pues el día anterior en monitores no había ningún cambio) así que mi novio también decidió irse a tomar algo por su lado.
Llegué a casa pasada la medianoche y me metí en la cama. De repente sentí como si me meara y al levantarme de la cama me quedé empapada. No sabía qué pensar, ¿era orina? ¿había roto aguas? Decidí esperar unos minutos a ver qué pasaba, pero por si acaso escribí a mi novio para que viniera a casa. Al poco rato me volvió a pasar lo mismo. Ya no tenía dudas, había llegado el monento. De seguido empezaron lo dolores y me cambié de ropa para salir hacia el hospital.
Llegamos al Hospital de la Santísima Trinidad de Salamanca (por el seguro privado) que estaba desierto a esas horas y avisaron a la matrona de guardia. Cuando me exploró me confirmó que había roto aguas pero que no había dilatado nada. Me dijeron que debía pasar ahí la noche y que ella volvería a las 8 de la mañana si no pasaba nada antes.
Así pasé la noche, entre gritos de dolor porque al romper alguas las contracciones duelen más que si tuvieran la bolsa intacta.
Al llegar las 8 de la mañana yo ya estaba muerta de cansancio y dolor pero optimista porque pensaba que ya estaría apunto. Imaginaos qué cara se me quedó cuando me dijeron que había dilatado sólo 1 cm. Me derrumbé porque creí que no sería capaz de aguantar muchas más horas en ese plan. Con ello decidieron ponerme oxitocina para ver si me regulaban las contracciones y a las 11 me ofrecieron la epidural. Debo decir que iba con la idea de no ponérmela pero con el cansancio acumulado de no dormir y el dolor que pasaba sin dar frutos tuve que aceptar para poder seguir. Gracias a ella tuve una hora de relajación. Era bastante leve y me permitía andar lo que hizo que empezara a dilatar mejor. Creo que lo peor era sentir las manos de la matrona todo el tiempo dentri de mí mientras me obligaba a empujar ¡Qué dolor! Al cabo de un rato tuvieron que ponerme antibióticos porque ya hacía 12 horas que había roto la bolsa y el bebé estaba expuesto.
Poco después nos dió la noticia de que veía el pelo y en breve espacio de tiempo me llevaron al paritorio. Eso sí que fue breve. A las 3 PM de dos empujones salió Coquito. Todavía recuerdo, aunque de forma muy vaga, mientras mi novio me daba ánimos yo tenía una mezcla de sensaciones: miedo, inseguridad, alegría, esperanza.... y una gran éxtasis por llamarlo de alguna manera, cuando me pusieron a mi coquito encima mía toda desnudita. Pase de llorar de dolor a hacerlo de alegría.
Creo que fue amor a primera vista porque en ese instante supe que la.querría para siempre con un amor puro. Ese amor que das sabiendo sin esperar nada a cambio, porque ese ser se lo merece sólo por existir. Y ahí estábamos.los 3 juntos, acabábamos de convertirnos en una familia. Justo entonces me la quitaron un minuto mientras la vestían y yo sacaba la placenta. De esto último no me acuerdo porque estaba pendiente de buscar con la mirada a Coquito y me tranquilizó ver que su padre estaba junto a ella.
Cuando nos llevaron a la habitación (sólo estuve 10 min en el paritorio) me instaron a que le diera el pecho ya a la bebé. Se enganchó enseguida y compartimos otro momento amoroso e íntimo, el primero de muchos. En los siguientes post os contaré mi historia de lactancia y algunas anécdotas curiosas de esa experiencia. De momento os dejo mi visión más personal.
Al llegar las 8 de la mañana yo ya estaba muerta de cansancio y dolor pero optimista porque pensaba que ya estaría apunto. Imaginaos qué cara se me quedó cuando me dijeron que había dilatado sólo 1 cm. Me derrumbé porque creí que no sería capaz de aguantar muchas más horas en ese plan. Con ello decidieron ponerme oxitocina para ver si me regulaban las contracciones y a las 11 me ofrecieron la epidural. Debo decir que iba con la idea de no ponérmela pero con el cansancio acumulado de no dormir y el dolor que pasaba sin dar frutos tuve que aceptar para poder seguir. Gracias a ella tuve una hora de relajación. Era bastante leve y me permitía andar lo que hizo que empezara a dilatar mejor. Creo que lo peor era sentir las manos de la matrona todo el tiempo dentri de mí mientras me obligaba a empujar ¡Qué dolor! Al cabo de un rato tuvieron que ponerme antibióticos porque ya hacía 12 horas que había roto la bolsa y el bebé estaba expuesto.
Poco después nos dió la noticia de que veía el pelo y en breve espacio de tiempo me llevaron al paritorio. Eso sí que fue breve. A las 3 PM de dos empujones salió Coquito. Todavía recuerdo, aunque de forma muy vaga, mientras mi novio me daba ánimos yo tenía una mezcla de sensaciones: miedo, inseguridad, alegría, esperanza.... y una gran éxtasis por llamarlo de alguna manera, cuando me pusieron a mi coquito encima mía toda desnudita. Pase de llorar de dolor a hacerlo de alegría.
Creo que fue amor a primera vista porque en ese instante supe que la.querría para siempre con un amor puro. Ese amor que das sabiendo sin esperar nada a cambio, porque ese ser se lo merece sólo por existir. Y ahí estábamos.los 3 juntos, acabábamos de convertirnos en una familia. Justo entonces me la quitaron un minuto mientras la vestían y yo sacaba la placenta. De esto último no me acuerdo porque estaba pendiente de buscar con la mirada a Coquito y me tranquilizó ver que su padre estaba junto a ella.
Cuando nos llevaron a la habitación (sólo estuve 10 min en el paritorio) me instaron a que le diera el pecho ya a la bebé. Se enganchó enseguida y compartimos otro momento amoroso e íntimo, el primero de muchos. En los siguientes post os contaré mi historia de lactancia y algunas anécdotas curiosas de esa experiencia. De momento os dejo mi visión más personal.
Parece que tu coquito y mi peque nacieron en el mismo hospital...
ResponderEliminar¿si? ¿qué tal la experiencia? a ver si ahors ojeo tu blog!!! vas a tener dos muy seguidos....
ResponderEliminar