BLOG INVITADO: PROFES Y MAMÁS

 

Hoy me sumo a la iniciativa del Blog invitado en el blog de Mangiare a Mesa puesta. No podía dejar pasar esta oportunidad por varias razones: 1. Me encanta su blog, 2. Me parece una sección super interesante y muy enriquecedora, 3. Porque tengo la imperiosa necesidad de apuntarme a todo.
Hemos decidido escribir sobre cómo afecta nuestra profesión de educadoras en nuestra reciente maternidad. Una relación que puede ser muy fructífera pero con sus desavenencias.
Para que ambas sigamos el mismo hilo, responderemos a unas preguntas.
Aquí podéis leer las respuestas de Gen. 

     1.  Descripción de nuestra profesión.

Soy Diplomada en Magisterio, en la especialidad de Primaria. Por lo tanto, profesora (tutora), y podría dar clases a niños de 6 a 12 años en cualquier asignatura excepto en las de Educación Física, Lengua Extranjera, Educación Musical y Educación Especial.

Ahora mismo no estoy ejerciendo, pero sueño con volver a las aulas con la “agenda del profesor” bajo el brazo, “mis niños” y así poder dedicarme a mi pasión: la enseñanza.

2. ¿En qué creíamos que nos serviría nuestra carrera a la hora de
   criar a nuestros hijos?

Antes de acabar el bachiller, cuando mis compañeros de clase se debatían entre varias carreras para estudiar, yo tenía claro que lo mío era la enseñanza y no había lugar a dudas. Otra cosa que también tenía muy clara, era que algún día querría formar una familia y que mi profesión me ayudaría en el duro camino de la maternidad.

Cuando estaba en la Universidad, creía que todo o casi todo lo que estaba aprendiendo me ayudaría en el futuro para tener herramientas necesarias en la educación de mis hijos. Está claro que si me servía para enseñar a otros niños, me serviría también para los míos, y me imaginaba ayudándoles a hacer los deberes o incluso trabajando en un colegio donde también estudiaban ellos.

Así que en líneas generales, en lo que siempre he creído que mi carrera me ayudaría en la educación de mis hijos, sería en encontrar las herramientas necesarias para poder ser un apoyo en su aprendizaje.

3. ¿De qué nos ha servido o ha sido de utilidad en la realidad con la
   maternidad?

De momento, Asier tiene 14 meses así que es pronto para poder volcar esos conocimientos aprendidos. Lo que sí creo que me está ayudando es tener una gran paciencia e ideas para próximas manualidades.

4. Somos más o menos críticas con las escuelas por ello? o cómo
   llevamos el acceso de nuestros hijos a las escuelas, guarderías....etc

Independientemente de si eres profesora o no, dejar a tus hijos en la escuela o guardería resulta bastante duro, sobre todo si hasta entonces has estado con ellos las 24 horas del día. Pero sí es verdad que a la hora de elegir una guardería, tenía claros varios conceptos como el idioma, las actividades…

Además, aunque mi caso es diferente porque he trabajado con niños bastante mayores que Asier, sé que teniendo 20-25 niños en clase, no prestas toda la atención que querrías a cada uno y eso a pesar de saberlo, me daba un poco miedo. Es decir, en casa cuenta con toda nuestra atención y en la guardería sabemos que esa atención será diferente. Pero bueno, supongo que es una preocupación generalizada para todos los padres que llevan a sus hijos a colegios/guarderías y que es ley de vida.

Creo que conocer las entrañas del colegio desde dentro y saber cómo funciona todo ayuda bastante a la hora de elegir uno u otro, pero respecto al trato con los profesores que le tocarán, me relacionaré como una madre más y no como una madre-profesora.

5. ¿Tenemos más expectativas con nuestros hijos por esta razón?

No. Yo por lo menos no tengo expectativas preconcebidas por ser profesora. Ayudaré y apoyaré a mi hijo en todo lo que pueda o esté en mi mano, pero siempre respetaré lo que quiera hacer y lo apoyaremos igualmente.

El hecho de ser profesora no significa que mi hijo vaya a ser un portento en el estudio y si lo es, tampoco tiene por qué ser gracias a mi profesión. Yo utilizaré las herramientas necesarias para que tenga un apoyo extra en casa respecto a sus estudios y listo, sin expectativas preconcebidas.

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Resumiendo, estudiar Magisterio fue un sueño cumplido, y cuando he podido llevar a la práctica lo aprendido, teniendo que entrar cada día por la puerta de un aula repleta de niños que esperaban que yo llegase con caras de ilusión… ha sido una de las experiencias más bonitas y gratificantes de mi vida. Sé que quiero dedicarme a ello y espero poder hacerlo, a pesar de la delicada situación en la que se encuentra el sistema educativo de nuestro país.

Creo que para que esto sea posible, tienen que cambiar bastantes cosas como por ejemplo la eliminación de barreras para la creación de empleo en los colegios privados, la apertura de listas para acceder a puestos en colegios públicos; que en mi caso (en el País Vasco) llevan años sin abrirse… etc.

Mientras tanto, seguiré formándome en la medida de lo posible y me dedicaré a poner en práctica esos conocimientos en mi pequeño, único y especial alumno 